Concepto de educación
Acción y efecto de educar. Enseñanza y doctrina que se da a los niños y a los jóvenes.
Educar: Desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales de una persona.
Diccionario ideológico de la lengua española. Julio Casares.
¿Qué es la educación?
La respuesta a esta pregunta, planteada de forma general, no es fácil y admite muchas respuestas. Varias son las definiciones que nos podemos encontrar, si consultamos el significado de esta palabra en el diccionario. Así por ejemplo, una de las acepciones define la educación como “la acción y efecto de educar”. Pero, ¿qué es educar…? Según la definición encontrada en el Diccionario Ideológico de la lengua Española de Julio Casares, educar es “desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales de una persona”.
Sigamos con las preguntas relacionadas con la definición señalada…, a quién corresponde desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales de una persona, cómo hay que llevar a cabo esa tarea, cuándo, dónde y por qué.
Desde el mismo momento del nacimiento, incluso antes de producirse éste, hay quien afirma que el proceso educativo de la persona se activa y empieza su largo camino, camino que durará toda la vida. Por tanto, en un primer estadio situaremos a la familia como elemento clave de la educación que se verá complementado, en unos años, con un segundo elemento primordial y básico, la escuela, la escuela elemental, la primaria, la que sentará las bases de la educación de la persona. Familia y escuela han de compartir la responsabilidad de todo el proceso: educación en hábitos, valores y conocimientos. La pregunta que cabe hacerse en este momento es, ¿La sociedad actual, la sociedad del siglo XXI, cómo aborda esa responsabilidad mutua?
La mayoría de la veces esa responsabilidad recae sólo en la escuela, en los/las docentes que tienen que hacer posible el desarrollo intelectual y moral de los/las niños/as, atendiendo a legislación vigente y, desgraciadamente tan cambiante, respondiendo a intereses partidistas. ¿Cuándo se darán cuenta nuestros políticos de la necesidad de establecer un pacto en la educación, con políticas educativas estables y consensuadas?
Las características socio-económicas de la sociedad actual justifica la necesidad de replantear las finalidades, el por qué de la formación en la sociedad del conocimiento; la información está al alcance de todos de manera que para entenderla hay que disponer de saberes, cada vez más globales, y desarrollar habilidades para acceder a ellos utilizando criterios de análisis y de selección válidos. Hoy, más que nunca, las personas han de estar preparadas para cambiar de trabajo, para trabajar en equipo, para resolver problemas no previstos y tomar decisiones, es decir, han de ser competentes. Y en esa preparación, la base está en la escuela, sin descuidar la aportación y colaboración generosa de las familias. Como dice Miguel Ángel Santos Guerra, Doctor en Ciencias de la Educación y Catedrático de Didáctica y Organización Escolar en la Universidad de Málaga, “La escuela tiene que repensar cuál es su función en la sociedad. Ahora, a diferencia de antes, la forma de transmitir los conocimientos es múltiple, por eso es necesario siempre discernir qué calidad tienen esos contenidos”. Continua el profesor, en una entrevista realizada el 26 de junio de 2010, argumentando que uno de los objetivos que han de perseguir los docentes es “enseñar a los alumnos a lograr la capacidad de análisis frente a la realidad que se les presenta, pero al mismo tiempo prepararlos para que sean ciudadanos activos. La escuela no sólo debe impartir conocimientos, sino que tiene que educar al niño para que aprenda a pensar y sobre todo a convivir. De eso depende la construcción de una sociedad más justa y solidaria, en la que todos podamos vivir. La escuela es de la sociedad y todos los ciudadanos deben contribuir en ese proceso”.
Efectivamente, todos los ciudadanos debemos contribuir en ese derecho que recoge la Constitución Española, derecho a la educación, a conseguir “la formación plena e integral de la persona”. No sólo desde la escuela y la familia, sino también desde otras instituciones sociales y culturales y, muy especialmente, desde los medios de comunicación.
Es necesario poner en práctica metodologías activas, reflexivas y participativas para fomentar la autocrítica y el desarrollo de la capacidad de superación personal. Desgraciadamente, y cada vez más, algunos medios de comunicación (televisiones, radios,...) contribuyen a desarrollar la “mala educación”, la educación basada en falta de valores, en la ley del mínimo esfuerzo, en la agresividad, en la incultura, en la falta de responsabilidad, interfiriendo muy negativamente en esa formación integral de la persona que muchas veces necesita de la experiencia y de un trato positivo con los demás.
Retomando de nuevo las palabras del profesor Miguel Ángel Santos, en su artículo “¿Educación a la carta?”, publicado en su blog el día 2 de octubre de 2010, “la educación incluye una dimensión crítica y, además, un inexcusable componente ético”.
La educación, entendida como un proceso en el que, además de la familia y la escuela interactúan otras instituciones y empresas públicas y privadas, necesita la implicación y el trabajo de personas comprometidas con su tarea, personas que se apasionen por lo que hacen, que vivan la tarea como un reto, como una aventura, con un nivel de compromiso que va más allá del cumplimiento de los mínimos. Personas que sean perseverantes, coherentes y muy pacientes antes las dificultades y problemas que continuamente se les vayan presentando; personas que sean creativas ante la diversidad que se van a encontrar en sus tareas, personas competentes y predispuestas a aprender en los libros, en la experiencia y en la vida.
Blog de Miguel Ángel Santos: http://blogs.laopiniondemalaga.es/eladarve/. Os lo recomiendo a todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario